Senna es uno de los apellidos más reconocidos en el automovilismo, ya que el grande e inolvidable Ayrton regaló sueños y emociones a millones de apasionados de Fórmula 1, antes del trágico accidente ocurrido en 1994.
El sobrino de la leyenda de la F1, Bruno Senna, no es ajeno a las carreras de automovilismo, lo que permite que el nombre de Senna permanezca en los deportes de motor a través de su propia carrera, que ha abarcado desde una pequeña participación en la F1, hasta ser bastante exitoso en las carreras de WEC. Incluso corrió con Nicolas Prost, hijo de Alain, que era compañero de equipo de Ayrton Senna en McLaren.
Y en McLaren, Ayrton se convirtió en leyenda al vencer a su compañero de equipo Prost para conquistar su primer título de F1 de 1988, antes de convertirse en campeón dos veces más, en 1990 y 1991, participando en 162 Grandes Premios 162, enriquecidas por 41 victorias, 80 podios y 65 poles, además de 19 vueltas rápidas.
Senna y Prost dominaron en 1988 con el McLaren MP4/4, ese mismo coche en el que Bruno Senna pudo recorrer la pista en Interlagos antes del GP de Brasil de 2019.
Bruno Senna (Wikipedia)
«Ha sido una emoción increíble«, dijo el piloto de 36 años, «es un sueño poder conducir el coche ganador de un campeonato de F1 de mi tío, en un circuito fantástico y trae muy buenos recuerdos a toda mi familia. Es algo único, una experiencia que sirve para recordar al piloto y al hombre, delante de mucha gente que todavía recuerda las hazañas del grande Ayrton».
Senna quedó impresionado también por el sonido del turbocompresor, pero no tuvo demasiados problemas en acostumbrarse al sistema de cambio de un coche de hace 31 años. «Podía escuchar el turbocompresor y la válvula de descarga … ¡fuerte!»
Como podrás ver en el vídeo, durante la última vuelta, el sobrino de Ayrton saludó al publico de Interlagos mostrando la bandera brasileña. Un momento realmente emotivo y lleno de nostalgia.
